
Escribir un guión no es cosa de aficionados o de poco tiempo, menos algo poco importante. Paradójicamente siendo uno de los elementos más baratos en la producción de una película, es por lejos también una de las cosas más importantes, si es que no fundamental, desarrollar un buen guión.
Uno puede ver tremendas producciones, con directores de lujo, con todas las lucas puestas en la parrilla y que la historia, es decir, el guión es una verdadera….basura. O para decirlo de otra manera: si el guión es malo, ni la mejor producción con el mejor director pueden hacer una buena película.
Con Roberto Brodsky y Gabriel Agosin nos hemos sumergido en nuestra historia reuniéndonos en torno a un copete, un rico sushi o un simple sanguruche de queso. Pero da igual en todo caso, porque lo importante es que hemos viajado a través de nuestros personajes, los hemos desvestido y vestido una y mil veces, algunos han muerto antes de nacer; otros, han crecido sin pedirlo e incluso el protagonista de la historia cambió. En ese sentido, la historia definitivamente ha ido tomando su propio rumbo y nosotros la hemos dejado crecer. No me cabe la menor duda que ellos en su mundo paralelo de historias que se harán películas están confundidos, algunos molestos, otros frustrados y por supuesto hay quienes celebran su nueva posición en este guión, que ya está en su sétima versión.
Todos, inversionistas, coproductores, actores, amigos y enemigos, cada vez que les presentamos el proyecto, parten con una simple pregunta en cualquier reunión: “¿cuándo me das el guión? Le pego una leída y después hablamos”. La participación de cualquier de ellos queda supeditado a qué les parece o qué les va a parecer este guión, creado entre copa y copa.
“Con un buen guión un buen director puede realizar una obra maestra; con el mismo guión un director de cine mediocre puede hacer una película pasable. Pero con un guión malo ni siquiera un buen director puede hacer una buena película. Para conseguir una verdadera expresión cinemática, la cámara y el micrófono tienen que ser capaces de atravesar fuego y agua. Eso es lo que hace una película de verdad. El guión debe ser algo que es capaz de hacerlo”
(Akira Kurosawa)Foto: Mi amigo Roberto Brodsky